Recuerdo que descubrí el trabajo de Patricia Rivero Moreno (Ubrique, 1987) de pura casualidad. Como perfecta millennial que soy (espero que nadie use esta información contra mí en el futuro) confieso que dedico muchas horas (muchísimas, según la gente que me quiere) a bucear por internet para seguir conectada con el mundo exterior de más allá de esta microgalaxia que es mi pueblo.
De esta manera me topé con los maceteros de Patricia Rivero, que inauguraba la exposición “Cal y Carbón” con la también artista (y ubriqueña) Estefanía Hernández Guerra en el Centro Integral de la Mujer (Plaza del Palillero, Cádiz). Una exposición que se hacía grande conforme una iba adentrándose en el universo de estas dos jóvenes artistas que trataban, con esta muestra, de elaborar un discurso complementario entre dos técnicas y dos temáticas muy dispares: el óleo y el paisaje cotidiano de los patios andaluces de Rivero, con los retratos de personajes corrientes (a la vez que contundentes) de Hernández, elaborados con una técnica muy precisa a carboncillo.
El trabajo de Patricia Rivero tiene una impronta impresionista que resulta naïf por lo impreciso de sus contornos pero el uso del color encierra, bajo mi punto de vista, mucho talento. Opino que no sobra ni falta ninguna pincelada. Me gusta la obra de Patricia Rivero porque es delicada aunque ingeniosa, y porque su paisaje es diferente. Es fresco. Y está vivo.
Me gustan muy mucho sus vistas de ciudades, también. Me recuerdan lejanamente a algunas pinturas de Paul Klee; así como algunos de sus retratos, igualmente geniales, que le deben mucho al extraordinario Egon Schiele.
No sé qué os parecerá a vosotr@s pero yo pienso que, sin duda, tenemos que seguir la pista a Patricia Rivero.
#EnCádizTambién
Imágenes tomadas de Facebook y Blog de Patricia Rivero Moreno.
Fotografía destacada tomada en la exposición “Cal y Carbón”. Febrero 2016.